Siguiendo el sendero, pasamos por una retahíla muros piedra seca que separan las fincas las unas las otras y que atraviesan en todas direcciones los bancales o terrazas que sirvieron, durante centenares años, para hacer menos pesados los trabajos del cultivo la vid.

Los caminos ganaderos, definidos por muros piedra seca a lado y lado, cruzan en línea recta el relieve del terreno, indicativo del tránsito ganadero que había en la zona.

También divisamos en diversos puntos del paisaje, y hecho las visitaremos, algunas barracas piedra que servían refugio a los pastores o bien para almacenar los útiles del cultivo la vid.

Más adelante, giraremos a la derecha para ir al encuentro diversos elementos representativos esta ruta por la historia megalítica. Los restos la Casa Cremada, nombre que da lugar a dos los menhires más significativos la zona y que encontramos a continuación, el la Casa Cremada I y el la Casa Cremada II; así como una cista que lleva el mismo nombre la cual, al igual que los dólmenes, había tenido un uso funerario.

En el mismo trayecto, también visitaremos dos dólmenes en muy buen estado conservación: el del Llit la Generala (3200 aC), y el del Cap l’Home.