El faro de Roses, construido en 1864 bajo el reinado de Isabel II, se alza imponente y domina el mar bajo el castillo de la Trinitat.
La historia del faro se remonta a la época medieval. En aquel entonces, Roses disponía de un faro, en forma de torre, situado en el punto en que hoy día se encuentran los restos del castillo de la Trinitat. Este faro servía para guiar la navegación costera y vigilar la llegada de posibles piratas.
En 1544 se construyó el castillo de la Trinitat, que durante unos 300 años ocupó el espacio donde antes se alzaba el faro y que fue destruido totalmente durante la guerra contra Francia de 1794 a 1796 y durante la Guerra de la Independencia (1808-1814). A partir de estas fechas y hasta la construcción, en 1864, del actual faro, se encendió un fuego permanente de leña en las ruinas del castillo de la Trinitat, que, de esta forma, cumplía las funciones básicas del faro.
El faro que conocemos hoy día es un edificio de dos cuerpos, uno de planta cuadrangular (324 m2), y otro, la torre, de planta circular con la luz en su parte más alta, situado en el centro de la edificación.
El faro de Roses, con su inconfundible silueta de color blanco dominando el mar, ha sido, es y será un referente tanto para los navegantes de la bahía como para los propios vecinos de Roses, que lo han convertido en señal de identidad de este pueblo marinero.