La riqueza
submarina de
nuestras
costas es
para mucha
gente un
medio
desconocido
y, en
algunas
ocasiones,
incluso
temido.
Os invitamos
a conocer
este mundo
en todo su
esplendor y
riqueza
natural.
Intentad
disfrutarlo
de una forma
tranquila y
segura, ya
sea mediante
los barcos
de visión
subacuática,
o bien sea,
para los más
atrevidos,
con un
bautizo
submarino,
que nos
ofrece la
oportunidad
única de
adentrarnos
en este
medio como
si
formásemos
parte de él.
Habitualmente,
nos
encontraremos
con una gran
cantidad de
especies
animales y
vegetales
propias de
fondos
submarinos
rocosos y
arenosos. A
causa de las
numerosas
grietas y
cuevas que
conforman el
fondo,
muchas
especies
encuentran
refugio o un
lugar para
hacer su
guarida.
Sin duda,
una de las
especies de
pez más
preciadas es
el mero (Epinephelus
guaza);
ahora bien,
si se hecha
un vistazo
dentro de
las grietas
y los
agujeros de
las rocas,
se observan
multitud de
otros
organismos
habitantes
de estos
ambientes,
tales como
el
cinadarios (lleptosammia
pruvoti),
los erizos
de mar (Echinaster
sepositus),
las
esponjas, y
a más
profundidad,
las
maravillosas
gorgonias
rojas o
manos de
muerto, así
como algún
congrio (Conger
conger) o la
morena (Muraena
helena)
saliendo de
alguna de
las
madrigueras
situadas en
las
cavidades de
las rocas.
En los
fondos más
arenosos,
predominan
los
hierbales de
posidonia (Posidonia
oceánica),
una de las
pocas
plantas
fanerógamas
( con raíces
y flores)
que habitan
en el fondo
del mar, y
que no tan
sólo son de
una gran
belleza,
sino que
también son
refugio y
criadero de
numerosas
especies de
peces y
otros
organismos
marinos.
Los
organismos
asociados a
las
praderías de
posidonia
son las
esponjas,
diversos
tipos de
gusanos,
estrellas de
mar,
cangrejos o
pulpos.
Finalmente
no podemos
olvidar la
existencia
de gran
cantidad de
peces y la
presencia de
un molusco,
la nacra (Pinna
nobilis).